Si experimentas en la lactancia dolor de senos, grietas en el pezón, derrames o infecciones aquí te sugerimos formas en las que puedes tratar estas molestias.
Son varios los problemas y las enfermedades mamarias que pueden presentarse durante el embarazo y el puerperio (período de recuperación posparto).
Durante el embarazo la glándula mamaria se prepara para cumplir con su función primordial: la secreción de leche después del parto, o lo que se puede producir dolor de senos en la lactancia.
La modificación en la glándula se caracteriza por:
- Aumento del tamaño e hinchazón de las mamas.
- Areola del pezón más pigmentada y convexa.
- Aumento de los tubérculos de Montgomery (puntos alrededor del pezón).
- Venosa roja marcada.
- Posible salida de calostro por pezon ante presion.
Molestias frecuentes en la lactancia
Dolor en los senos
En la embarazada, el dolor de la mama o el dolor muscular y articular en los senos puede ser causado por el edema (inflamación) de la mama al modificarse para producir leche. Durante el puerperio puede tratarse de retención de leche, acompañado de sensación de mama llena. Esto genera tensión e incluso en ocasiones quistes de leche, caso en el que debe vaciarse la mama correctamente.
Derrames por el pezón
La salida de algún tipo de secreción por la mama es un síntoma más que una enfermedad en sí que no se presenta solo durante el embarazo o puerperio. Se derrama leche durante el embarazo o por aumento anormal de la hormona prolactina si no se encuentra en estado de embarazo.
Puede existir también un derrame con sangre que requiera su especial atención, ya que puede ocurrir en el embarazo sin ningún significado grave. Sin embargo, podría ser síntoma de otras enfermedades importantes, por lo que el diagnóstico oportuno será fundamental para elegir el tratamiento correspondiente. Si el derrame es de tipo purulento, que tiene o segrega pus, se trata de una infección.
Grietas del pezón
Este tipo de lesión es muy frecuente durante las primeras semanas de la lactancia, e incluso, puede llegar a sangrar. En algunos casos, puede ser un impedimento para lactar y predisponer la retención de leche.
En caso de aparecer, son muy útiles las llamadas pezoneras, que colocadas sobre el pezón permiten airearlo impidiendo que la humedad empece o favorezca el agrietamiento. Las pezoneras impiden además el contacto directo con la boca del bebé, al proteger el pezón durante la lactancia, favoreciendo la curación de las heridas sin interrumpir el amamantamiento.
Tu médico puede indicarte cremas regenerativas de la piel, incluso con antibiótico, para cicatrizar las lesiones y evitar una infección de la mama llamada mastitis.
Infección
La aparición de este problema, por lo general, es secundaria a las grietas del pezón y al vaciado incompleto de la mama.
Las principales manifestaciones de una infección mamaria son fiebre y decaimiento. La mama esta roja, hinchada y muy dolorida. La mastitis o infección de la mama en sí se trata con analgésicos, antibióticos y compresas frías. Si hay un absceso, es decir, una acumulación de pus, el manejo deberá realizar un nivel hospitalario donde el especialista realizará el drenaje del mismo.
Evitando las grietas del pezón y con un vaciado correcto de la mama se puede minimizar la posibilidad de desarrollar una infección
Dr. Javier González
Ginecólogo
cuidados prenatales
Calificación!
Promedio de puntuación / 5. Recuento de votos: